Conectese con nosotros

Opinión

Rugby inclusivo, dos ejemplos

Suele oponerse rugby social a rugby de competencia. Sin embargo, en la realidad ambos aspectos, lo societal y lo competitivo van íntimamente ligados; lo uno no se da sin lo otro y la obtención de resultados, en regla general, es directamente proporcional al tamaño y nivel de organización de una institución deportiva.

Por Tata NAVARRO

Quisiéramos dar cuenta, entre muchos otros, de dos fenómenos emblemáticos de rugby en los cuales el elemento social es relevante: En primer lugar, el club de rugby francés Massy, basado en el departamento de Essonne en Isla de Francia, la región cuya capital es París. En segundo lugar, la obra social de rugby Espartanos en Argentina.
Massy, rugby formativo contra la exclusión

La localidad de Massy tiene un fuerte crecimiento demográfico a partir de los años 60. Provincianos y emigrantes llegan ahí para encontrar arriendos baratos, atraídos por las perspectivas de trabajo en el vecino París. Massy es entonces una ciudad dormitorio pasando de 6.000 habitantes en 1950 a 37.000 en 1968. En la actualidad cuenta con 40.000 habitantes y el número de su población parece haberse estabilizado. En ese contexto el Rugby Club Massy se ha ganado una reputación de club formador con una importante escuela de rugby y resultados deportivos no tan brillantes y en Pro D 2 actualmente (segunda división francesa).

Alain Gazon, figura emblemática, formador en el Massy, luego en el Racing y actualmente retirado dirá por allá en el año 2000: “Con respecto al juego mismo, dos cualidades le parecían esenciales:
“Primero que nada, los chicos no tienen que tenerle miedo al contacto, temor de caer. En segundo lugar, la destreza. Lo colectivo se aprende después. Al comienzo, los chicos todos la juegan muy personal. Se quedan con el balón. Es solamente después que aceptan dar pases”.

Y para explicar el porqué del crecimiento inesperado del club afirmaría: “Siempre le dimos prioridad a la formación de los más chicos y eso no ha de cambiar. El club partió de nada en el año 1972. Fue entonces necesario volverse interesantes, ir a buscar chicos, formarlos. Una vez que el hermano más grande está metido, es fácil convencer a los hermanos más chicos. También hubo que convencer a profesores de las cualidades de un deporte cuyas características de rudeza pueden ser preocupantes, sobre todo cuando nos enfocamos en los más pequeños”.
Jugadores destacados como Jimmy Marlu o Mathieu Bastareaud engrosaron las filas del Rugby club Massy Essonne.
Espartanos o la libertad en prisión

“Los Espartanos” que es la introducción de la práctica del rugby en medio penitenciario, produce grandes cambios. Los más notorios: la reducción del porcentaje de reincidencia en el delito entre los convictos que recuperaron la libertad y, a través de la incorporación de los valores del deporte, cambios en el comportamiento de los involucrados, tanto dentro como fuera del penal y que repercuten en todo su entorno.

El creador de esta iniciativa es un abogado y ex jugador de rugby del CASIS, Coco Oderigo, quién señala en una entrevista: “Llegué de casualidad, a principios del 2004 por pedido de un amigo que quería conocer una cárcel. En esa época trabajaba en Tribunales y él insistía con que quería ir a una…, fue tal su insistencia que al pasar por el Camino Buen Ayre vi una a la altura de San Martín y allí fuimos. Era el Penal 48, de máxima seguridad: él se dio el gusto de conocerla y yo quedé choqueado con lo que vi”. Agregando, además: “Al poco tiempo volví. Regresaba a mi casa y fui a la cárcel, solo, y hablé con el director. No sabía por qué, pero le dije que quería enseñar a los presos a jugar al rugby, lo que mejor sabía hacer. Me miró como pensando en que estaba equivocado. ‘Hay gente violenta y ¿vos querés hacer un deporte violento?, me preguntó. Le conté que el rugby tiene valores que era importante fomentar, entonces me propuso que volviera luego. Era viernes y regresé el martes siguiente. Ese día me dijo que podía empezar”, recuerda emocionado contando que el director del penal lo llevaría a conocer los pabellones: “Había 12 con más de 30 presos cada uno. Me los mostró. En el pabellón 2 estaban los evangélicos y en el 12 había enfrentamientos graves que terminaron en muertes… Le dije que empecemos por el pabellón 2… Así empezamos”.

Y la aventura está lejos de terminar ya que la iniciativa, premiada por World Rugby, se ha ido extendiendo con el paso del tiempo a otras cárceles argentinas, con empastes realizados por los mismos reclusos. Indiquemos que el seleccionado inglés efectuó un entrenamiento con Los Espartanos, esto antes de su confrontación con Los Pumas en el mes de junio pasado.

Podemos señalar de paso otras iniciativas de rugby inclusivo, como Terre en Mêlées que opera principalmente en África y Rugby Solidarité de nuestro conocido Jean Pierre Juanchich.

Todas estas acciones prueban que el rugby es una poderosa herramienta de inclusión y al parecer su multiplicación está lejos de finalizar.

Click para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Más en Opinión