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Entrevista

Los Escobar: Hermandad Cruzada

Reconozco que hacer esta entrevista me ha traído muchos recuerdos especialmente de los 90´s, donde el rugby era mucho más amateur y tenía una mística especial que hoy me crea cierta nostalgia. Angélica, Enrique, Joaquín, Alfonso, Anita y Jaime, son los 6 hermanos de este clan que son los Escobar; familieros, cariñosos y siempre destacando su incondicional admiración por sus padres (QEPD).

Joaquín, Alfonso y Jaime, son los tres jugadores de rugby de la familia y los tres jugadores de Universidad Católica. Mientras los forwards eran en su mayoría los gordos buena onda y súper poderosos del scrum, los Escobar hacían gala de su físico e inigualable maestría en la segunda línea de su Club.

Alfonso y Jaime que siguieron jugando juntos, no solo hacían suspirar a una tribuna femenina con su estatura y complexión física, sino también con su habilidad y lectura del juego marcaban un precedente a mi entender, en lo que más adelante veremos en otros destacados jugadores nacionales, pues tan importante como concentrarse en el balón y la táctica, es saber leer el campo de juego.

Hoy podemos ver a sus hijos destacando con la ovalada en Universidad Católica, Cobs y en la Selección Nacional, también destacando en el voleibol. Queremos junto a Jaime y Alfonso, graficar a través de su experiencia como viven el rugby dentro y fuera de una cancha.

P.- Hagan una línea de tiempo como jugadores, desde que por primera vez tomaron un balón de rugby, hasta su último partido en la primera división de su Club.

Alfonso: Vi a un vecino un par de veces jugar por su colegio, me gustaba, pero nunca se me presentó la oportunidad para jugar. Cuando recién salí del Colegio conocí a Juan Pablo Sanhueza jugador de Stade Francais, quien me llevó a entrenar a su Club y desde ese día fue amor a primera vista, me enamoré del rugby, todo me gustaba y cada entrenamiento me encantaba más. Jugué en Stade Francais en segunda división un año, luego me fui a estudiar a Valdivia y jugué por la Universidad Austral, donde me llamaron a la Selección del Sur. Después de un año viviendo en Valdivia, volví a Santiago, era 1984 y me llamaron a la Selección M21, ese año postulé a la beca deportiva de la Universidad Católica, quedé y desde entonces empecé a jugar como cruzado y jamás dejé de jugar por el Club, solo unos años por un castigo, el cual me levantaron y pude retomar como jugador en 1987. Con el Club fuimos campeones 14 veces, me retiré definitivamente como jugador en el 2008, creo que di hasta lo que más pude. Durante todos esos años como jugador activo, 20 años jugué por la Selección Nacional y durante 8 años fui su capitán. Jugué también en el Sudamérica XV y tuve una nominación a la Selección Resto del Mundo.

Jaime: Recuerdo que la primera vez que tomé una pelota de rugby me doblé un dedo, era 1986. En 1987 llegué a jugar a la Universidad Católica, porque antes había ido a ver a Joaquín y Alfonso jugar en Santa Rosa y me quedó gustando. En los primeros partidos no entendía nada de lo que pasaba en la cancha, pero poco a poco lo fui comprendiendo y me fui haciendo un espacio entre los jugadores del Club. Pasaron los años y me gané un puesto en Primera División y en la Selección Nacional, también estuve en una Selección de Seven. Me alejé un período corto por motivos personales y por algunas lesiones, pero jugué en la Primera del Club hasta el 2009, no pude retirarme del todo y dejar de jugar, por lo que hoy en vez de jugar con mi hermano, tengo la oportunidad de jugar con mi hijo mayor Jaime, en la Reserva del Club a mis casi 53 años de edad. Hoy es otro rugby el que se juega.

P.- ¿Qué sienten ha sido el factor o característica de este deporte que más ha impactado sus vidas? ¿Por qué?

Alfonso: La característica que más llama mi atención del rugby es su intensidad, en este deporte uno está casi los 80 minutos del partido en contacto y participando de las jugadas. Es colaborativo, te da una identidad, uno genera códigos, es un grupo de pertenencia que define a los rugbistas en general. Siempre cuando veas a dos rugbistas juntos se estarán riendo. Lo más importante para mí es poder traspasar esto a mis (3) hijos.

Jaime: Lo que más me ha impactado del rugby son los lazos que uno crea con los amigos. Siendo que son sólo 3 años de diferencia con Alfonso, en esos primeros años como jugador si se notaba el ser el hermano chico de los Escobar, llegar a jugar con mi hermano y sus amigos y ser uno más del grupo, eso me llamó profundamente la atención, los fuertes lazos de amistad que hasta el día de hoy tengo con muchos de ellos y también con las nuevas generaciones con las que me ha tocado jugar. En el rugby se crean vínculos que perduran en el tiempo, atemporales, donde no existen brechas generacionales y donde eres capaz de sentir un triunfo no a nivel personal, sino como felicidad colectiva. He llegado a llorar de felicidad por un triunfo con el Club, algo que ha sido tan fuerte y solo comparable con la emoción que he sentido con el nacimiento de cada uno de mis hijos (3), a ese nivel llega el rugby a generar lazos dentro y fuera de una cancha.

P.- Además de ser referentes importantes de su Club y fuera de él, ¿cómo creen pueden seguir aportando al rugby nacional hoy en día?

Alfonso: He tratado de transmitir especialmente a mis hijos no solo experiencias de juego, sino también valores de este deporte, algo que ha sido muy importante y me gusta mucho hacer. Fui entrenador de los forwards en mi Club, también tuve la oportunidad de entrenar a un equipo infantil donde jugaba uno de mis hijos, generando un espíritu del rugby importante para estos chicos, donde muchos de ellos hoy están en la Selección Nacional M20. Sigo apoyando equipos infantiles. Fui director algunos años de la Federación de Rugby de Chile, pero desafortunadamente es poco lo que se puede hacer cuando te toca rivalizar con directores que van más bien por los aplausos, que por el bien del rugby chileno. Presenté lo que a mi juicio era un muy buen proyecto en la Feruchi, el cual quedó ahí sin desarrollarse y entonces me di cuenta que no tenía nada más que hacer como director. Siento que hay muchas personas que no le hacen bien a nuestro deporte, que más bien lo utilizan como medio para destacar, sin siquiera haber sido nada como jugadores, ese no es mi estilo y no me gusta.

Jaime: Nunca me he sentido un referente, si un jugador de larga trayectoria, más bien histórico, nunca tampoco me sentí tan bueno para el rugby, ni siquiera cuando estuve en la Selección, de hecho me cuestionaba el estar ahí. Ahora, además de seguir jugando en mi Club, realizo labores más bien de dirigente y entrenador. Creo que ad-portas de mi retiro como jugador (supongo que esta vez podré hacerlo), seguiré siendo dirigente, entrenador, tal vez manager, pero siento que no puedo, ni debo desligarme del rugby y tanto Arusa como la Feruchi saben que siempre he estado a disposición para ayudarlos y aportar en mi calidad como jugador de trayectoria, pues he tenido la oportunidad de ir más allá de una cancha varias veces éstos últimos 10 años.

P.- ¿Han pensado que significará el ver a las próximas generaciones de su Familia jugando rugby? ¿Qué esperan del rugby en Chile a futuro?

Alfonso: Ya lo estoy viviendo con mis hijos (3) como seleccionados nacionales y destacados jugadores de su Club (Cobs) y el Colegio (Craighouse), de hecho entre ellos se potencian. Una vez tuve la oportunidad de verlos jugar juntos por algunos minutos en la primera de su Club, y de verdad emociona. El rugby debiera crecer en Chile, esta creciendo, lo veo en mis hijos, en la cantidad de horas que tienen hoy de entrenamiento, como se levantan de madrugada para ir al CARR a entrenar, es pura disciplina. Para mí verlos jugar juntos algún día en la Selección Nacional sería tocar el Cielo con la mano.

Jaime: Con Alfonso ya estamos viendo a las nuevas generaciones de nuestra Familia jugar. Hoy juego con mi hijo mayor como te dije antes y para mí es una tremenda experiencia jugar con él, ojalá en unas semanas más ganar las semifinales con la Reserva del Club y porque no, ganar las finales y salir campeones con mi hijo que sería algo maravilloso. Me encantaría también ver a Jaime junto a sus primos jugando en la Selección Nacional. Espero algún día ver a Chile en un Mundial de Rugby como el que se juega hoy en Japón, pero no puedo dejar de ser egoísta y decirte que personalmente lo que más espero ver, es a mis 2 hijos que juegan rugby representando a Chile y porque no en un Mundial.

P.- La ovalada para un Escobar, en una frase.

Alfonso y Jaime: “Felicidad”

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