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GALES ARRASA A INGLATERRA Y SE CORONA CAMPEON

El ambiente en el Millenium Stadium antes del partido era electrizante, alcanzando tal vez su punto cúlmine en la entonación del himno de Gales por todo el estadio. El local enfrentaba a su clásico rival con la misión no sólo de vencerlos sino además de hacerlo por al menos ocho puntos para asegurar la corona. Y antes del inicio del partido, Inglaterra no sólo llegaba invicto, sino además como el equipo más consistente del campeonato.

Por el lado inglés, el regreso de Farrell les daba mayor confianza para enfrentar esta verdadera final tras la decepcionante actuación ante Italia.

En este contexto se dio inicio al partido con Gales presionando desde el primer momento. La intensidad aplicada por los Dragones rindió sus primeros frutos a los 10 minutos de juego cuando de un scrum obtuvieron un penal que permitió que Halfpenny (la figura del partido en el primer tiempo) abriera la cuenta a favor del local.

Siete minutos después, un nuevo penal a favor de Gales los dejaba 6-0 arriba en el marcador mientras el estadio estallaba celebrando la precisión de Halfpenny desde 45 metros. Cada vez se acercaban más al objetivo para retener el título.

Claro que para que la tarde fuera memorable, tenía que tener algo de incertidumbre, y ella llegó a los 20 minutos cuando Owen Farrell convirtió de penal los únicos tres puntos de Inglaterra. Claro que en ese momento ni el más optimista de los seguidores galeses podría imaginarlo.

La anotación de Farrell pudo haber derrumbado anímicamente a los jugadores locales que veían cómo pese a ir ganando aún se quedaban sin la corona, pero ello no sucedió y par demostrarlo sólo tres minutos después Halfpenny volvió a restablecer la diferencia de seis puntos por medio de un penal (9-3).

El siempre efectivo Farrell, definitivamente no estuvo a la altura de la situación, como muchos de sus compañeros. En los 26 minutos pudo descontar nuevamente la ventaja de los galeses pero erró el penal, al parecer, ya estaba escrito que esta jornada la gloria se la llevarían los locales.

Lo cierto es que Gales dominaba el partido e Inglaterra parecía perdido sin encontrar las respuestas adecuadas, tal vez confiados en que los Dragones no lograrían la diferencia de ocho puntos para quedarse con el campeonato. Un toque de alerta sobre lo que se venía en la segunda etapa lo dio Dan Biggar, que en el último minuto del primer tiempo intentó un drop que se fue por poco.

Sin lugar a dudas se trató de la mejor primera fracción del campeonato. Muy bien jugado, entretenido, sin pausas y obviamente con un componente importante de adrenalina de por medio.

Así, los 40 minutos más importantes del torneo comenzaron con la misma tónica. Gales presionando e Inglaterra tratando de encontrar la fórmula para contrarrestar los avances locales. El ingreso de Mako Vunipola a los 44’por Joe Marler fue fruto de la búsqueda de respuestas.

Pero nada parecía resultar para los ingleses. Tras el ingreso de Vunipola vino un fulminante ataque galés que bien pudo haber terminado en try, pero que fue bien defendido por el cuadro de la Rosa a pocos metros del in goal. Tras varios minutos de presión, el resultado fue un penal a favor de Gales Halfpenny convirtió a los 51 minutos. El 12-3 parcial le daba a los galeses el título y eso lo sabían en el Millenium Stadium que casi se vino abajo con la anotación.

Tras el penal, Dylan Hartley, Ken Owens y Courtney Lawes entraron en el equipo inglés para tratar de darle un segundo aire y dar un vuelco en la situación. Pero pese al ingreso de los jugadores de refresco, Inglaterra no lograba acercarse con peligro ni se generaba ocasiones claras para anotar. Por primera vez en el torneo se le veía totalmente desorientada e incluso, a ratos, entregada.

En cambio Gales estaba cada vez más encendida, llevaban la ventaja y no podían soltarla. El relajo no tenía cabida y la misión era consolidar la victoria, pues pese que parecían por momento dormidos, todos sabían del poderío inglés. Así a los 55 minutos, llegó el que puede tal vez definirse como el tiro de gracia que terminó por derrumbar al cuadro de la Rosa. El try de Alex Cuthbert dejaba 17-3 el marcador y ni siquiera la pérdida de la conversión de Halfpenny bajó los ánimos locales o avivó las esperanzas de los ingleses. El Millenium de Cardiff era una fiesta.

Y para terminar de cerrar negra tarde en que se encontraban, la figura del equipo, el generalmente infalible Owen Farrell, perdía en los 60 minutos, su segundo penal de la noche.

Cinco minutos más tarde vino la revancha de Biggar. Esta vez su drop entró perfecto entre los palos y extendía la ventaja de los galeses. El 20-3 ya parecía inalcanzable y aún quedaba más por venir. Sólo un minuto después de la anotación de Biggar, Alex Cuthbert anotaba su segundo try del partido tras una gran jugada ofensiva y una espectacular asistencia de Tipuric que junto con Halfpenny se alzaba como una de las figuras del encuentro. La conversión en esta oportunidad fue realizada por Biggar y con el 27-3 ya estaba todo sentenciado a 15 minutos del final.

Y para cerrar el sufrimiento inglés, a los 71’ Biggar anotaba el último penal a favor de Gales para sellar el 30-3 definitivo. Los minutos finales sirvieron para que los Dragones hicieran cambios para darle minutos al resto del plantel. Ya estaba todo sentenciado y todo querían ser parte de la revalidación de la corona. Tras un año difícil y luego de que nadie los diera como favoritos –de hecho perdieron el primer partido del torneo 22-30 con Irlanda de local-, pero luego retomaron la línea de juego y mejoraron partido a partido.

Bien por Gales, que terminó cerrando muchas bocas y de paso le dio una gran lección de humildad a Inglaterra.

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